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lunes, noviembre 28, 2005

La reencarnación del día 4





Pienso en la reencarnación estos días. No sé a que se debe. Pero pienso en el alma que regresa a los cuerpos. Pienso también en la vacuidad. Llamo vacuidad al estado que uno halla cuando se encuentra sin responsabilidades.
De hecho, me mofaba cuando estaba en un estado inverso, el de súper responsable. En fin, que pienso continuamente, en cualquier momento y bueno, en cualquier lugar, pero nunca sale a luz una conclusión en claro, solo que estoy algo incómodo con mi persona casi a diario en todos los estados.
Pero estoy algo seguro que no es lo que esperaban encontrar en este escrito, algo aburrido y un tanto pedagógico que el que relata lo hace porque si. Bueno un tanto es así, pero me refería a un estado de ánimo, pero poco tan cercano a una mascarada como eso.
Manuel nació en un pequeño pueblo sobre la costa que crece abruptamente por la llegada de capital extranjero en Andalucía. Ahora bien, Manuel tiene 23 años y dejó de estudiar a los 15 para dedicar su vida a la pesca como su familia lo hizo desde generaciones atrás. Eso es su vida en el mundo de hoy. Conoce la rudeza del clima mar adentro y como la vida en el puerto cambia día a día por el efecto de los guiris y aquello llamado globalización. El pescado sube y baja los precios constantemente de acuerdo a las mareas y los factorías que arrasan desde los países del Asia y la flota rusa. Manuel hace un año vive en un estudio cerca del puerto, desde que la madre falleció de un cáncer. Manuel tiene su barco, aunque de seis metros de eslora, pero todo lo que navega se llama barco. Le ha puesto Virgen del Carmen 7, ya había otros seis barcos anotados con el mismo nombre y tres más se sumaron en los últimos dos años con el nombre de la patrona de los pescadores. Manuel sale a las 4 al mar. En plena noche. Y normalmente regresa para hacer un bocadillo en la Taberna del Puerto cerca de las dos.
Manuel tiene un amigo, José, también capitán y dueño de un barco. José y Manuel salen a las cuatro con sus barcos mar adentro todos los días menos los domingos y pescan uno cerca del otro en caso de necesitarse. José y Manuel cuando vuelven del mar comen y beben juntos en la Taberna hasta las 4, pocas veces más tarde que eso, pues José se ha casado y recoge a la mujer cuando sale de la fábrica de hielo a las 4.30 Hs. José es puntual aunque una o dos veces al mes se duerme desde que pescan juntos hace ocho años. Manuel no ha faltado un día al mar. Con su salud de hierro los días que el puerto ha estado abierto Manuel ha salido a buscar pesca. Pero últimamente Manuel, cuando José a las cuatro corre a buscar a su esposa, se queda bebiendo solo. Y cuando bebe solo la cabeza le ronda sobre la vida. Manuel es un tanto tímido por eso no se ha casado pero sabe de mujeres, lo sabe porque un vieja holandesa le ha ensañado todo, los jueves que tiene cita fija a las 9 en el Gato Azul. Manuel, cuando bebe solo piensa un poco en eso y un poco más allá con respecto a su vida. Aunque Manuel vive solo mantiene a su padre, que a roto la cadera en la tormenta del 2003. Aún así ha podido hacerse de algún ahorro para cualquier caso, ya que grandes gustos no tiene. Manuel piensa un poco en la continuidad de los días y se pregunta sobre si está a gusto con esto de un día tras otro haciendo lo mismo en la rutina de su vida. Ha pensado en otras cosas como escape a esto, pero nunca llegó mas lejos que en casarse con la hija del marinero del Seguimos flotando aún. Y bien sabe que no es el momento. Manuel imagina otra cosa desde que bebe solo en la Taberna del Puerto. Y a Manuel esas cosas se le notan en la cara, porque José por las mañanas le ha preguntado que ocurre con su cabeza que le nota preocupado. Pero Manuel lo vacila y le arroja una pescado cuando se pone así. Y así los días pasan.
Una mañana luego de haber extendido la red sobre un banco a unas 4 millas de la costa Manuel queda durante unos momentos mirando como el sol rompe la noche en mil pedazos de colores y amanece. Poco después recoge las redes vacías y prepara el espinel de arrastre. Esa mañana José se ha dormido y no ha salido al mar. Manuel, como si una alarma se encendiera en su cabeza, decidió llevar a cabo su plan ese mismo día. Irá por la tarde y tomará un bus que lo llevará sin rumbo. Saldrá a conocer lo que pueda durante unas semanas. Primero irá al banco, cogerá unas miles de pesetas y luego partirá hacia las primeras vacaciones de su vida.
Manuel piensa en ello despanzurrando doradas y echando las tripas por la popa donde una docena de gaviotas y algún tiburón pelean por los restos. Manuel siente como el espinel se tensiona y hace virar un poco la proa. Debe de haber cogido uno grande porque ese rolido no es enganche en roca, piensa Manuel. Comienza a recoger el sedal, pero éste viene liviano. Y ese día Manuel se confía mientras su cabeza hace planes. Repentina, una sombra plateada asoma de las profundidades hasta la superficie por una fracción de segundo y se zambulle como bala tensando el sedal hasta que sale humo por el roce con el guante, y mientras intenta recoger el bichero realiza un mal movimiento que lo toma mal parado y el sedal se escapa de sus manos. Manuel pensando en otras cosas mientras recogía el sedal olvidó sacar unos de los anzuelos con cuerda de acero del espinel y se engancha a la manga del abrigo y lo arrastra por la borda al mar. El atún enloquecido que busca salvarse lo remolca a las profundidades con la fuerza de un tren y Manuel busca en su cintura con la mano libre pero no encuentra el cuchillo que siempre lleva para despanzurrar pescado y poco puede hacer más que conservar el aire en los pulmones mientras por un instante ve como el Virgen del Carmen 7 se aleja hacia arriba junto a sus vacaciones y los pulmones no le soportan más y José que se ha dormido seguramente harto borracho de la noche anterior y Manuel piensa como le hubiese gustado decirle que lo acompañara en el viaje pero Cecilia no le habría permitido que los dos viajen sin ella con toda la razón del mundo y los ojos de un atún lo acompaña y lo observa y Manuel siente una cosa rara, como de una extraña libertad, y como la lucha se pierde y la presión que prensa sus tímpanos cuando abre la boca para dejar pasar el agua salada que incendia sus pulmones y llena el cuerpo de tanto mar como todo un atún que intenta desovar entre cientos de kilómetros de redes y anzuelos para concluir en la lata que abro para rematar la ensalada que en un minuto devoraré mientras cierro esta idea que me carcome respecto a que la carne finalmente cambia de sabor mas que de forma.




(un boceto aun sin corregir demasiao)
G. G.
22-11-005

sábado, noviembre 19, 2005

De lo continuo, o Moëbius IV

Como si una lamparita del transistor del cerebro se me hubiera apagado, o quemado, intento encarar alguna o casi todas las historias de una manera que me parece interesante pero que siento no lograr desarrollar totalmente. También va esto de acuerdo al tipo de escritura que en ese momento esté haciendo, pero generalmente todo me lleva encaminado, esa es la sensación, hacia ese túnel sin fondo. Siempre me lo pregunto, una y otra vez, hasta con la misma Fotografía.
Cuál es el discurso?
De hecho, ahora me respondo y mil veces antes: ninguno.
Siguiente cuestión. Cualquiera que pueda CREAR lo hace porque lo siente. Luego el resto es una serie de misceláneas. Proponme hacer un par de novelas por un millón de euros y te diré que sí. Pero sólo me ocuparé de distribuirlo para gastarlo y te daré algo que apenas te conforme. Pero dame un beso morocha y te lleno el cielo de palabras concatenadas que conformen ese instante. No me presiones más de lo que me presiono inútilmente. Dame un envión, un hilo conductor hasta levantar el cuerpo de esta realidad concluyente, luego festejemos en el banquete de los ojos de la gente.
Hoy subí a un edificio a sentir el aire que merodea mi nariz. Había una gaviota allí, que miraba no se si asustada o molesta de que le haya interrumpido también su esnifar de lo que la rodea. Minutos después ya habíamos dejado de mirarnos y concordamos, uno en cada punto de la azotea, que algo allí no andaba bien y nos fuimos cada uno por sus medios. Yo volé y ella bajó las escaleras y discutió con el portero respecto a la recogida de los desperdicios orgánicos.
Me deslicé por el mar como en un sueño creo que unos cinco años para terminar atragantado con una lata de paté de Foie en una playa de Sicilia.
Luego busqué otra vida para errar.





G. G.
16-11-005.

Möebius III

Podría, anoche, haber vuelto por allí
pero intenté diferenciar dos días anteriores a éste,
apenas un poco más sobrio
y la consecución de preguntas
se asemejan a las costumbres que llevo,
sórdidas y un tanto rutinarias,
por más que uno busque la salida
u otro camino
esta preconcebido
es decir las preguntas
serán inertes cuestiones sin fin
y en cuanto a los caminos tomados no hay diferencia
entre unos y otros
tal vez la única diferencia radica
irresponsablemente
en hallar la encrucijada de ambos
y lo que resulta de ellos
dará el resultado de una vida,
ajena tal vez,
he recorrido
la de varias almas
y el camino termina y vuelve a comenzar
en el punto exacto aquel
punto indeciso, infranqueable
hasta que se quiebra la primera dimensión de la vigilia
preconcebida para quitarte de en medio con
un simple ademán o cuestión

donde brillan las estrellas en el día?

(los pájaros anidaron en mi otro yo,
otra vez,
siempre fui algo de la inexperta de la arena)

10-11-005

el despertar de los otros Dioses

he despertado del sueño de los mil días
mil eternos días donde dragones reinaban
mil días donde el tiempo estaba detenido por la acción de mil eternas batallas de carne
entre el bien y el mal
entre la piedad y el dolor
entre la justicia y la perversidad más pura


he despertado de un sueño dantesco como el que pocos sueñan

ahora corre en mi voluntad un hechizo
que me hace arder la sangre bajo la lluvia
cuando camino por la calle en la madrugada
de despertar junto a ella
y tener que huir por las escaleras de emergencia
porque su marido ha llegado antes de viaje










G. G.
13-11-005

viernes, noviembre 18, 2005

Möebius II

segunda noche que regreso por la playa ebria y yo ebrio
segunda noche que quemo las naves
esta vez los pájaros me reconocen
y atacan
en vuelos rasantes
en picado
de a millares
atrapé uno
al azar
tenía etiqueta del Corte Inglés en un ala
no intenté vomitar
una estrella cayó
antes de pedir un deseo
recuerdo donde estoy
y lo inútil que es la ilusión
la superstición tiene patas cortas
también sé que cantaba
un viejo disco de U2
el mar con
bruma
sonido
luces
profilácticos
y mediterráneo + europa ebrios
cubrían
cualquier oportunidad de lo que fuera



G. G.
7.11.005

Möebius

volví por la playa
por la orilla del mar
en un momento mágico
no existía más
que amanecer y olas
pequeñas aves blancas saliendo al paso
y las gaviotas dando el touch pictórico

sin poder dar dos pasos rectos
cantaba y hablaba a gritos
conmigo mismo
ebrio como una cuba
una mañana de noviembre






G. G.
6.11.005

Una oda?






intento imaginarme como lo hacía antes
ella es como algo diferente
me llama su atención de formas varias
hasta en alguna ocasión pensamos el uno en el otro al mismo tiempo
nos evitamos y buscamos el choque fortuito
como las olas se entregan a las rocas
sin ninguno de los dos dar el paso
que selle esto con lo que fuere
lo cual cambiaria todo
por eso es que prefiero esto
la estupidez del enamorado
esa sensación de adolescencia
y la ansiedad que provoca
estar pendiente de ella
algunas horas al día




G. G.
5-11-005

sábado, noviembre 12, 2005

no me atrevi a poner nombre a

tentando al cielo con las manos
sobre los pies cargados de aire metropolitano
o la caricia de la sangre devuelta a destino

(en flores,
jarras de basiliscos palmotean las fronteras de tu paraíso creíste ámbar la luciérnaga que interpreta la sulfatación del sol en tu mejilla incluso haber sabido un poco de antemano justo antes de la acción alguna de sus consecuencias algo habría cambiado?
batido el dolor el cansancio la soledad y la carne ya medio camino cruzado? como si algunas flores tuvieran los colores que no son
te vi en los ojos un trozo de secreto escapando a un gesto sobre la toalla
como una llamada equivocada se veía el futuro empañado el espejo afeité mi rostro buscando la importancia de la falta de reflejo
la geometría del cristal no siempre dice de nosotros lo que somos
el 89,9% de los sentidos dormidos jamás confirmaran un ápice de eso
el ejercicio de la nostalgia nos tiene a medio hacer
entre la puerta de la heladera y nuestra mano el teléfono de urgencias nos supone una salida fácil, en el caso de no hallar el control de algún trozo de laberinto …)

que bestia no equivoco su culpa alguna vez
con la oportuna razón de sentirse libre?


instigaba la cuna del aire
donde la carne pierde el habla

G. G.
2-9-05

momentos públicos

Era lo mejor
cuando ella y yo
apurados
deseándonos
apenas
sin casi quitarnos las ropas
solo haciéndolas a un lado
ella abriendo sus labios
con un suave gesto
de sus suaves telas
y yo contestando
con otro
pero el resorte
ante la presión
se dilata
y los lugares
donde justo en esos momentos no son públicos
arriesgan la noche dentro del día
y su inverso
así es la maravilla del recuerdo
en el deseo
o el deseo del recuerdo de esa maravilla
que gestionábamos entre sofocados alaridos
detenidos
ante transeúntes
polis
tipos de oscuros trajes
de gente que cree
y otros.

Era lo mejor
corrernos en la iglesia

G. G.
8-005

martes, noviembre 08, 2005

-escrito sobre servilleta de bar durante agosto de 2005 en Marbella-










cuándo fue la ultima vez que viste que refleja el espejo?
o cuál es la forma máis conocida?
que el fondo de la taza de café te marque la hora del día que menos palabras digas!..
que los fósforos encendidos por las noches avienten insomnes pterodáctilos
y que los enanos devoren la noche,
al fin!





G. G.

El Día Mundial del Piano



El día éste encendí el cenicero junto a la ventana, quemándolo todo, cenicero, ventana, luz, cortinas y el vecindario completo.
Llegó entonces el hombre que atestigua en primera persona ser de la policía y a los pocos minutos el de bomberos se hizo el presente con su respectivo traje de hojalata plástica junto a sus amigos haciendo sonar la campanita del carro.
Como siempre he sido un desconocido para mis vecinos y este mundo cunco, y si encima había calcinado a los pocos que me habían observado alguna vez, me protegí entre la turba que, agitada y a los vítores, pedía la cabeza del alcalde en una bandeja de loza para sacarle los abscesos con mondadientes para hacer mermelada.
Entretanto veo de reojo como un piano de cola Stenways & Sons salta desde la ventana de un alto edificio y cae en picado hasta estrellarse y salpicar los dientes de sus teclas de marfil y ébano sobre la piedra del piso del pasaje del Peligro.
Alguien de entre la multitud echa fuego sobre las cuerdas aún vibrantes y los latigazos al estallar éstas por la temperatura entre el crepitar producen notas nítidamente nuevas y jamás oídas por oídos onerosos. El fin de dicho capítulo lo ocasionó el floshhhh de una manguera de agua a presión sobre las cuerdas calientes de las graves que sobrevivían que, más anchas y resistentes éstas, se cortaron al unísono. Fue un sonido quedo aquel. Y la mueca de satisfacción del comandante general de brigada de la manguera me hizo recordar a Klaus Kinsky cuando amenazó matarse y, al no encontrar la forma, hizo invisible su inmortalidad.


G. G.
Julio del 005

lunes, noviembre 07, 2005

Comencé esto hoy.
Un día sin lluvia alguna sobre el horizonte como todo este verano.
No me he planteado de forma alguna las acciones futuras que esto conlleva.
Es decir la consecuencia del acto.
Me detengo al mirar la hora
3:16 am
red bull y vodka me sobreviven
el chiche nuevo se me adapta a la palma del alma de manera ceremonial.
No me queda duda alguna de que nos entenderemos de maravilla con Miss Compaq
Afuera no hace frío ni hay temores
eso por momentos me tiene como en coma
vivir sin una preocupación me tiene mal
se me ha completado el círculo mas álgido de entre los oscuros intrínsecos sabores que os habrías imaginao
¡ah, debe olvidarse de antemano el pasado!
vale de todo si no se pudiera poner este punto por fuera de incógnito
tú sabes que sin pasado no eres nada
o lo eres todo
plantéatelo así
si sabina no compartiera esta noche el dolor que compartimos
éste no seria lo que es
sólo una simple resaca de la conciencia
el afloramiento magro de un sentimiento fácilmente postergable
la condición in examine es haber modificado repentinamente tu vida
por entre estropajos de conscientes ajenos
solo se llega a la mera oposición del que seré
falso documental adscrito a una simple condición social
al juego mediático de la forma
objeto inexpugnable,
el ser,
la improbabilidad de la absolución te resignara
serás quien quieran que seas
con una particularidad:
sos quien sos
para vos
para todos


había imaginado que el sonido del viento
no podía hacer añicos lo que me llevo años satisfacer

la forma en que un alma retorna a la tierra es una incógnita que pocos intentan dilucidar
has visto una gota de agua?
que hay dentro su reflejo?
que existe antes durante o después de ello?








G. G.
9-005

viernes, noviembre 04, 2005

REFLEXIA 1





Es casi como si hubiese llegado a una isla, o a un trozo de lugar utópico que he buscado incesantemente en el alma.
Es como una paz.
Y creo exactamente cuanto durará.
Como lo bueno.
Poco.
El primer paisaje que asombra y enmudece es la seguridad.
El segundo lo es el silencio en mi mente. Como si todas las cuestiones que surcan mi cabeza se pusieran en Stand by durante esos momentos para luego reformularse algunos centenares de veces más durante eternos ciclos.
Y el tercer punto es el descanso .
Sé bien que en algún punto perdí el "gran rumbo", es decir que tomé un par direcciones equivocadas en diferentes acciones. Y veo que la consecuencia es algo de esto.
Por eso es que lo llamo un descanso el saber lo que uno busca, y adonde planea llegar.
Pienso entonces que si yo supiera todo esto un par de horas más al año acortaré mucho camino ante un final desesperado.

8-005