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viernes, marzo 30, 2007

¡Good save the AA!










Todos, absolutamente todos, aquí dentro de esta lata a Miramar, dirigen la pequeña corriente de aire acondicionado a sus cabezas. Afuera mínimo unos 39º. Creo. Sentado sin el menor movimiento se suda a mares. No se porque pero comí un par de empanadas hace un momento, sin hambre y creo que las acabo de sudar recién. Miro por la ventanilla y me sudo la ciudad. Por suerte huelo bien. De la cama que escapé había adosada una ducha. Aunque nadie ha dicho nada aún, como si eso importara, todo huele a sudor acondicionado.
Nunca va a estar fresco aquí, pero contaminamos bastante intentándolo.
No le digas a nadie, ¡Good save the AA!








G. G.
27.01.007

martes, marzo 27, 2007

Que rápido cura el miedo un beso.











Subí corriendo las escaleras de caracol con lustradas y brillantes barandas. ¿Corriendo? No, con apuro, urgencia. Seguro se había quedado con todo. Creo me dejé la cartera bajo el espejo, junto a una pileta, la del lado derecho! Ahora me acuerdo. Es que me quedé mirando como embobada si así estaba bien y cuando junté coraje bajé con Marcos. Y me la dejé ahí. Me acuerdo que entró una chica. Pero no su cara ni nada, solo sé que había alguien más, y era mujer, claro, pues Marcos jamás se animaría a entrar a un baño público conmigo. Siempre lo deseé, hacerlo en un baño público. No entiendo a los hombres. Constantemente lo mismo, las mismas posiciones. Apenas alguna vez en un lugar diferente al sommier. ¿En la cocina?, me preguntó no me acuerdo quien. Abro la puerta del baño. Y veo la cartera desde la misma puerta. Y respiro un poco aliviada. Esa cartera vale mucho. Dolce & Gabanna. Adentro las cosas desordenadas. ¡La abrió! Pero no falta nada, ni el dinero. Ah, un chicle, eso. Otra vez me miro al espejo. No puedo ser tan tonta. Y me miro las tetas. No están mal. Quizás el año que viene… Vuelvo a meter todo. La libreta está abierta y tiene un número anotado. 01115618343442. Nunca escribí ese número, ni me lo anotaron. Ni nunca usé la agenda. Me miro al espejo. El pelo no se que tiene pero me cae mal, algo a la derecha. ¿Y si llamo? No recuerdo como era ella. Pero pienso cortar con Marcos después de esta noche. Después de la fiesta de esta noche. Solo hablar de sus proyectos con papá. Y esa cosa horrible en su espalda. Basta de Marcos. No me imagino un día más con él. Yo llamo. Me da igual. Hola. Hola, ¿Bárbara? Si, gracias por dejarla. Te comí un chicle, gracias por eso. Bueno, no sé… ¿Mañana? No sé quien sos. Asomate al borde de la escalera y te estaré mirando, estoy con mi próximo ex. No sé… No te preocupes, solo tomamos algo en Bianco & Rosso, cerca de las 7, ¿si? Me miro al espejo y corto. No recuerdo que contesté. Mi reflejo no me deja pensar. 26 años, Bárbara, ya deberías haber probado algo más, ¿no? Guardo el número, me arreglo el pelo y salgo. Una adolescente rubia me observa bajar las escaleras y la miro. ¡Es muy linda!




G. G.


24.03.007


(práctica-continuación sobre cuento breve publicado en la puta Ñ)

viernes, marzo 23, 2007

Jamás entenderé nada







Me levanto rápido


y la visión se oscurece.


La puerta donde estaba sentado


ahora esta bañada por la luz de esa cremosa vía láctea.


Cierro.


Dejo afuera los mosquitos que quedan


y voy por una cerveza,


evitando pisar los gatitos camino a la heladera


que juegan conmigo a toda hora


cuando no duermen.


Ayer jugué unos minutos con ellos,


me aburrí, ya no estoy para juegos.

Y fui por un libro


para seguir aburriéndome.


Aquí, en Pinocho el tiempo corre distinto.


Lo sé.


Me lo dijiste


cuando cenábamos Centollas


(o antes o después).


También recuerdo contabas,


una de las noches que no querías dormir sola,


lo de aquel martes trece en que a él lo mataron a tiros


por robar,


por sabor a robar.


Un bardo, dijiste.


Y yo era un bardo,


y no me morí, acá estoy.


¿Ahora donde estás?


Mejor intentaré cenar algo


y tal vez comprenda


porque los gatos se divierten conmigo





G. G.


21.03.007

martes, marzo 06, 2007

there she go my beutyful World



dame una señal

de que todo acabó

miro el retrovisor

las líneas de rutas esfumándose

el color sin nombre del cielo

there she go my beutyful World

grandes aves blancas llenan de estallidos lo que ves

acaso importa manejarse a ciegas

corrompiendo el control

no es por nada la sutil elección de soledad

G. G.

24.02.006

lunes, marzo 05, 2007

Aguafuertes dijo.








Pensaba, ¿Aguafuertes? ¿Por qué no? Tal vez. No se quien lo dijo.

…escribís Aguafuertes. Como Arlt…
Sé que no estuvo muy errado.
A las 6 de la mañana lavo ropas en casa preparando otra vez los bolsos. Transcribo esto y busco el primer Camel (Pienso en una encuesta ahora, ¿Qué es lo que más usa de su hogar? Los ceniceros y las ventanas). Brian Eno sintetiza algo bastante bueno esta mañana. Música aérea (Buena palabra aérea, casi capicúa). También transcribo algo de Laurence Durrell que me ronda no se qué cabeza.
…"estaba aprendiendo las dos lecciones más importantes de la vida. Hacer sinceramente el amor. Y reflexionar."
Preparo una ducha para dentro de unos momentos. Luego iré a recorrer el bosque. Necesito ese aire urgente.
En fin, quedó un bonito Aguafuerte, ¿verdad?





G. G.
Febrero 2007.