Los siguientes y anteriores textos e imagenes pueden herir la susceptibilidad de personas susceptibles, ante eventuales quejas ruego disculpen y sepan comprender que ni mi, ni su período de vida es color de rosa. Siempre echo en cara el ejemplo de E. A. Poe, un incomprendido. Ahora odio las comparaciones, pero miren bastante más abajo en este blog si quieren cantos a la vida. Ah, y por favor no recomienden esto a cualquiera. Además, esto esta por cerrar, cansado de banalidades. El autor
lunes, enero 02, 2006
Primia reflexia ergo sum (o lo que da igual, primera cuota del 2006)
Leo por estos días a Cortazar y su Rayuela. Y pienso que uno atravesó la misma lógica que este héroe literario. Uno también surcó la simiente de un París interno bajo la servicial óptica de un alter ego troyano como Oliveira. Hoy bebo mate en la Costa del Sol y me atraviesa a gritos la morfología urbana y sus culturas, pero en un mundo que gira indefectiblemente alrededor del mate, que los nativos de aquí ven como un caldo indígena pues no saben lo que es compartir, pinches guajiros.
He redescubierto a Cortazar luego de flirtear con él y Paula allá por el 94. Una época plena de concretismo, de un realismo exacerbado por lo místico más que por la magia misma aunque ésta nunca ha dejado de estar ausente. De esos momentos corresponde "semáforos en frac", un texto que realiza una hipérbole arraigada en H. Miller, en Castaneda, en la antropología de Levi Strauss en Vian y Bukousky entre los malditos. Años de escritura bajo el seudónimo de el Marino Errante, bautizo prologado por Mrs. Piepoch, de la que recuerdo sus sabias apoyaturas, de que si escribes como Borges o Cortazar eres un escritor, y bueno, ajeno a comparación alguna uno soslaya la cobertura de su área de acción y corre junto al viento mas favorable. Viento o influencia. Influencia o imprudencia. Imprudencia o la más acertada línea de acción dentro la limitación que uno encuentra en sus búsquedas a la hora del mate en la madrugada del 2006.
G. G.
2.1.006
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