hablábamos
que nada
era como en la postal
de la empresa de sueños incorporados
un camión recorre la madrugada
mientras hablábamos de aquello
el mar a unas calles
justo a mitad de camino
de una barca de pescador
sobre la cama deshecha
la postal del paraíso
es lo único que duerme
yo sentado al borde
y ella repite un estribillo fácil
bajo la lluvia
los músculos de los días
hacen el ejercicio de la vida
(pequeños caracteres
garantizan menos esfuerzo)
G. G.
17 abr. 06
5.00 AM