Pudo haber sido cualquier cosa, pero dos hechos marcaron ese día como algo diferentes al resto. Primero y principal. Recordó lo que había soñado, cosa que nunca le había ocurrido antes. Soñó que no podía mantener los pies en la tierra, que flotaba y se deslizaba por las calles agarrado de las casas y la gente. Y lo segundo, en realidad fueron segundo y tercero, porque ocurrieron simultáneamente cosa que no le permite definir cual ocupa el segundo y tercer puesto enumerados en orden. En definitiva, despertó cuando sintió caminar por su cara algo. No supo que. Pero despertó. Y sobre el umbral de la puerta una mujer lo miraba. Y un pájaro golpeaba la ventana con el pico. Un pájaro extraño, de varios colores. Pecho azul, rojo y amarillo en la cabeza y pico anaranjado. Cuando volvió a mirar a la mujer ésta le miraba con un gesto de bondad en la cara. Luego se giró y desapareció por el pasillo. El se levantó y la siguió. O lo intentó, por que la mujer ya no estaba. Buscó en la casa pero había desaparecido. Dejo de buscarla y fue extrañado al baño. Meó y se afeitó. Se vistió y luego salió a la calle.
En una plaza el perro de un hombre se le acercó corriendo y comenzó a olfatearlo, luego se alejó.
En un escaparate de ropas un niño tomado de la mano de la madre lo miraba sonriente y le arrojó un juguete que hizo estallar el cristal.
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