Todos, absolutamente todos, aquí dentro de esta lata a Miramar, dirigen la pequeña corriente de aire acondicionado a sus cabezas. Afuera mínimo unos 39º. Creo. Sentado sin el menor movimiento se suda a mares. No se porque pero comí un par de empanadas hace un momento, sin hambre y creo que las acabo de sudar recién. Miro por la ventanilla y me sudo la ciudad. Por suerte huelo bien. De la cama que escapé había adosada una ducha. Aunque nadie ha dicho nada aún, como si eso importara, todo huele a sudor acondicionado.
Nunca va a estar fresco aquí, pero contaminamos bastante intentándolo.
No le digas a nadie, ¡Good save the AA!
G. G.
27.01.007
1 comentario:
algunas veces me gustaría llamarme Tito.
bueno, no, en realidad muy pocas veces me gustaría tal cosa.
Sucede que nunca sé bien qué decir.
pero recordé que usted había dicho: dése una vuelta.
aquí me tiene, aunque lo de la vuelta lo dejamos pa la próxima, yo sólo sé ir para arriba y para abajo, todo lo que sintonizo.
le mando un sicero abrazo amigo, amigo. López.
Publicar un comentario