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sábado, diciembre 08, 2007



Del árbol


Que


Desenroscando


Manzana diste


Mislabiosmislabios


Nadie


Elpasajero


Elpequeñomar


(Et le boutelle


Dans les enemis du ciel)


El árbol


Hojas


Acantiladas



Gg

12.007

Marbella

colmena


lunes, noviembre 26, 2007

Nota en papel cuadriculado





Perdón por todas las molestias
El martes cobro y les doy el
dinero para la tarjeta memoria
Es que si el padre se entera
nos mata
Perdón.
Gracias.



Esto te lo trae mi mamá.
Sus ojos pícaros bailan o brillan, o ambas cosas. No sostiene la mirada por un momento en nada. Ni nunca me miró.
Ayer entró en la obra. Dejó a su hermano con nosotros y subió a la última planta. Bajó y se fue. Tarde, demasiado tarde subí yo a la última planta. Ya la Pda y las monedas sueltas no estaban.
Que vas a decir, me preguntó Mancilla cuando golpeaba la puerta de la abuela del niño.
Preguntar por él.
La abuela dije que el niño fue al campo, arriba, camino al Burgo.
Momentos después la madre en la obra pregunta quien buscaba al niño. Dice que regresa en unos momentos con él.
Y el niño aparece y la Pda.
El niño no llora. El niño dice que su hermano la robó. El niño tiene cara y no llora. Faltan cosas aquí, digo. Mi hermano le rompió el chip y la tarjeta, pero no le digas a mi padre e hizo un gesto mientras ahora sí, los nervios y media lágrima sacuden sus manos, cara y piernas y el gesto de la mano temblando atraviesa la garganta de lado a lado.
Al otro día regresa de camino a la escuela, y entra en la obra. Ya sus ojos son los mismos, buscan no se que donde no hay, pero buscan. Y recuerdan y me deja el papel escrito por la madre en la mano e insiste. Léelo bien! Que yo el martes te traigo el dinero. Y se ríen sus ojos, y se ríe. Y me da la mano.
Y ya no volvió a la obra.



Gg
23.11.007
Yunqueras

viernes, noviembre 09, 2007

Agua rota en estanque desequilibrado













Disculpa.
Es mi lado de la cama.

Dejé el camino negro
Por una nueva ruta
Algo parecido en cada Km.
Pero algo nuevo en fin.

Deberías ver
Desde mi lado de la cama
Los sueños de astronauta
Que tengo con las lluvias

Pero hoy no, nena.
Hoy mi lado de la cama
Es solo mío.




Gg
Nov.007

miércoles, octubre 24, 2007

Nadie puede cuando prosigue conmigo la relación que tenia con su padre




"Nadie puede cuando prosigue conmigo la relación que tenia con su padre", perfecto. Frase de Philip Roth en "El Teatro de Sabbath", una magnifica excrescencia pero narrada con una voz descarnada, sublime y metódicamente fragmentada. Obra que recuerdo A me recomendó alguna vez cuando dormíamos en el cuarto verde, o junto a la salamandra o ya de última en el mismo cuarto de las niñas en las mejores épocas del sexo.
Todo el mundo es un poco Sabbath. Nadie lo admite.
O G, también entrando al baño a comérmela recién meada mientras los niños cazaban mariposas y buscaban flores mirándolos desde la pequeña ventana, o P, que amaba el riesgo y bajo la barra me bajaba el cierre me apartaba el slip y me mascaba la polla como un chicle mientras yo sudaba y sonreía hablando de botes, extrañas serpientes y Chevrolets. Somos lo que somos con quien estemos, las bestias mas salvajes empeñadas en conseguir lo que deseamos, el deseo, cualquiera el precio, el valor o su tiempo. Y al fin ya aburridos de ello por lo que fuere, rutina o desidia, los peores críticos. Je, claro que también lo soy. También siempre contemple la rebeldía como una torpe forma de la cobardía, pues aquel que se habitúa a un sistema y sigue vivo al final del cambio y cambia es el valiente, el que puede contar la guerra desde el sillón, el que la cuenta como la vio, como el vencedor o el dueño de la palabra. P fue violada por un preso escapado de Devoto numerosas veces en un auto que robo dos horas después de salir, pero no vio en mí su violador ni su padre, solo fui la imagen que le cambio, el clic que necesitaba, la huida por la trayectoria mas larga hacia una solución. Solución que la traspasó cuando la abandoné (Estúpido! No se tira un primer amor!) con sus mamadas perfectas y los paseos en bus y subtes los lunes. Gracias P, gracias, gracias a todas. Puedo pensar como Sabbath. Puedo mirar esa niña de 16 años y hacerle una sugerencia acerca del próximo encuentro que podamos tener sin un breve atisbo de moralidad, y gracias madre mía, por enseñar a prohibir todo aquello que amo.



(si se quiere tal vez falte correxión, ya veré, pero disculpad, es lo que hay)

Gg
11/10/07
Marbella

Ver





No veo lo que buscas
Miro con ejes
En otros ojos
Un perfil que lleve
Una expectativa vacía a cabo

Pará!
Hasta donde vés?
No estoy en medio y detrás esa tormenta a los gritos
arrancando la materia de cuajo?

Algo no está bien
Pero seguimos buscando mal




Gg
22-10-007
3.50 a. m.
Estepona

miércoles, octubre 03, 2007

Hoy no, hoy, esta noche no

Hoy, esta noche, no muy tarde, me he acordado de algo, quizás no muy tarde , aunque ya es tarde para ello por que la oportunidad aquella ha quedado absurdamente en el olvido, aunque ahora, mirando x esta ventana los olivos quedando atrás de camino a un pequeño pueblo de Ronda, o en su serranía, sigo girando en esa idea, en cuanto a aquello de llegar a una idea en común, a veces, buscando referencias tangibles o utópicas, formatos ya utilizados con frecuencia, entonces, la lluvia ha dejado renovado los colores aquí dentro del camino, hasta las señales lucen límpidas, irrefutables. Había dicho algo, allí, en la noche, algo nimio era, sin eso poco nos queda, dijiste, pero un pequeño detalle a veces no tenido en cuenta, algo nimio, mientras Guaro se desliza en su siesta eterna, gira aun buscando su hexatema, su importancia fundamental, buscando el hueco donde colarse para ser sustantivo, adjetivo o forma matemática. En fin, una nimiedad dejada de lado. Junto a la nave destruida el viejo y todas las cosas que arrastra hasta allí observan como cruzo el camino en el aparato gris, furgón repleto de currantes relajados de fin de jornada de viernes al fin. Y al fin, detenido el vértigo, las plantas de los pies rozando lisas superficies, al fin. Y las montañas arriba, cielo abajo al norte en la desbordada memoria de los caminos.

gg

03/10/007

Marbella

Tierra envenenada de cielo sin nubes con seis rayas cuasi continuas





Esta tierra


Tierra envenenada de cielo sin nubes con seis rayas cuasi continuas de vuelos de idas, de vuelos de venidas


Detenido como una sabana en el tiempo claro de una tarde de junio sacudido por el viento, doy las ultimas caladas al Camel junto a la ventana de algún lugar.



G G


7.007


03/09/07

Fábricas perdidas




Hubo un beso en la esquina


Algo más arriba del café


Que he dejado se enfriase


Cuando pienso en caliente


Llueve después de meses


El mejor día de mi vida


Alguien repite eso a diario



… el cable quedó en desconexión unas imágenes comienzan a descomponerse lentamente y fundirse con otras, hasta formar todo el conjunto una masa voluminosa de ruido en menos de un nanosegundo, eso es lento, busco a tientas la desconexión en el zapato, el cable a tierra tiene una pérdida en algún punto, pero la cubro con un dedo, con la punta de un dedo y todo vuelve a ser imágenes, hubo un beso en la esquina, algo arriba del café que he dejado se enfriase cuando pienso en caliente. Llueve después de meses. El mejor día de mi vida, alguien repite eso a diario. Debo hacer una serie de cosas, acabar el café, subir a un coche y trabajar, regresar a casa, cenar con niños y esposa, dormir y despertar, todo eso sosteniendo la fisura. Ya HA PASADO UNA HORA, AUN NO TERMINO EL CAFÉ, NI PIENSO BEBERLO YA, SOLO ME preocupa la fisura. Ya esta, decido mover la punta del dedo. Solo por este día, mañana será otro. Muevo el dedo y todo se torna de chispeante gris y estática, me quito las gafas. El lugar en donde estoy ha cambiado, solo la mesa, el café frío y un fondo oscuro, no llueve, hace frío.


Alguien grita y me señala.





GG


28-09-007


Marbella

domingo, septiembre 23, 2007







Estoy parado en la ducha meando en un baño donde no entro ni erecto ni nada cómodo pero hay una pequeña ventana desde donde veo el mundo como por primera vez cada día, y cada día es algo diferente, mas cuando despierto y acabo de mear, pues debo dejar de hacerlo para poder ver el mundo a través de ella.

El flaneta, así como lo ves desde la Luna o un cohete o algo con alas ni siquiera se parecen a esta visión, no es impresionante el ángulo, ni lo que veo, pero lleva una carga poderosa para mis sentidos al despertar en la negrura absoluta de este piso sin una puta ventana en el centro bursátil de eso que ves desde la Luna, un cohete o algo con putas alas. El mundo, nena.






G. G.


el Farolito, Marbella


septiembre de 2007

jueves, septiembre 13, 2007

increased delirium

domingo, septiembre 09, 2007

el codigo de las barras


El externo tanino del desierto



Encendido, junto a las puertas del ascensor, consumiéndose, entre dos dedos normalmente desiguales de una mano derecha, y observando, cuasi detenido o detenido en el tiempo si el tiempo alguna vez se detuviese u acelerase por deseo, el cigarrillo. Antes de acabar de consumirse, o comenzar a apagarse, sube hasta los labios algo gruesos y aun saborizados por tres copas bien medidas y sentenciadas de Rioja, de la margen correcta del Ebro, del año del señor 1996, y de una casa poco calificada pero bendecida por una entonación ejemplar, una astringencia pulcra y bien medida, y la aspiración calada de humo es larga, larga y la mirada prendida en la mancha roja sobre la tela satinada y planchada con productos terciados por el almidón, mancha de rojo con taninos, simple bourdeaux dirá el que al otro día firme la papelería por el deceso, con taninos y quizás ningún glóbulo rojo o blanco o partes de plasma por millón como piensa que es junto a la puerta del ascensor y adherido a la colilla que ya hace minutos se ha consumido, quizás cerca de las tres de la madrugada, exactamente unas dos horas después de encontrar el cuerpo de su ya no futura esposa con un pequeño agujero a cinco centímetros de su ojo derecho, el ojo mas bonito que había observado jamás, abierto, mirando una parte vacía de un techo vacío en el piso que le regaló, un regalo más, entre algún millón de regalos que le obsequió para intentar de esa forma restaurarle la alegría, forma inocua de restauración, una compra estúpida la felicidad, restaurar la alegría por la pérdida de esa criatura de meses, meses en los que se llamó Bebe, incluso más veces, Karina, niña de meses que por culpa de nadie sino más bien de la vida eligió no vivir al olvidar respirar una tarde que otoñaba y que fue la tarde que la hundió a Elena en un sueño profundo de esos en los que no se vive mas que entre los espacios inanes del Prozac. El espejo no miente, en el espejo la mancha de tintos taninos apenas abajo del primer botón superior de la camisa confunde los tonos con los otros rojos ya casi a punto de secarse, o coagularse, de sangre de Elena, sangre que se agregó a su cuerpo al levantar su cabeza a la altura de su camisa, de su corazón, mientras aullaba con boca abierta sin emitir sonido, como en los últimos orgasmos, pensó Raúl. Como los últimos días. Pásame la sal fue lo último que recuerda que le dijo. La sangre que sostiene la colilla adherida a su dedo, sangre Rh negativo, sangre coagulada hace dos horas, o más, frente a ese espejo de cuerpo entero en el vestíbulo de los pisos de la calle Alvear, donde ve pasar su vida en forma precipitada como a través de retazos breves y consecuentes, mientras la otra, mano izquierda, levanta el cañón del arma, un 38 corto que vaya a saber donde ella consiguió para acabar con los horarios cambiantes del Prozac, hasta la altura del bolsillo cosido a mano en una sastrería especializada de su agrado, y del de Elena, y el estallido de la pólvora repercute en el espejo sin alertar a vecinos que duermen a las 4 y 38 a. m. aunque una párvula picadura le escoce la tetilla y el cielorraso del hall de los pisos de la calle Alvear tienen menos gusto que los del dormitorio de la niña.

G. G.
09/09/007 19:39
Estepona

(en correxión)

viernes, septiembre 07, 2007


la placenta de una idea


la irrisoria nomenclatura que la envuelve
sugerida por intrínseca fortuna
a raíz de un hecho espontáneo
con bastante fortuna
a partir de un cigarro
en el mismo balcón del cielo

sobre la sombra medida
entre el sol y su opacidad
en la puerta de un garage
y mil edificios
el anciano jugaba con la bolsa de mercado
como un niño a la espera del adulto que
lo lleve a la heladeria

vivir en la mirada
de otro
(la lluvia no ha llegado
la lluvia de verano ha pasado en dos páginas)
el ruido bajo la farola anoche
alguien que bebió demasiada cerveza
una larga caída de gotas en la madrugada

el nieto duerme en el asiento trasero
(gestos tontos)
antes de subir junto al chofer y mirar
con la suficiente valentía el mundo
por si algún peligro embistiera el bastión de los sueños
cargando la bolsa de compras



G. G.
19.08.007

lunes, junio 04, 2007

Like a elephants party II




los dientes a punto de estallar
vibra así, todo
he muerto unas tres veces diarias durante 54 días en cada uno de los 33 años que veo desde estos ojos
y volver a despertar esta mañana
como si la conciencia de las formas sirviera de gran cosa
y allí delante de esa gran pared de agua mediterránea
algo espera inminente que ocurra en este instante
para sacar el cuerpo de su torpe nostalgia

abrir el temblor en la piel

es algo relacionado a lo excepcional,
sabes?
no doy mucho crédito a esto
pero también esa cosa en los dientes
ese fino temblor en las raíces
que poco se parece a esa lluvia en la ventana


Pero…
si ya he muerto tres veces diarias unos 54 días al año
durante 33 años
por qué esto?
Por qué esta mañana desperté,
otra vez muerto o apenas moribundo,
sentí vibrando todo otra vez?

No hago nada para evitarlo
ni siquiera para lograrlo
Tampoco he dejado de estar solo
y en paz
con el mundo, con todo..
Con todo..


Pausa.

Difícil explicar el silencio.






G. G.
Marbella, 4.06.007
Hormiga en la fiesta de los elefantes

Las máquinas y sus objetos








Observo, no sin cierta perversión, como la taza de té se balancea sobre mis piernas en un ángulo imposible desde una mano extendida e insegura. Claro, observo aquel equilibrio perversamente, como deseando que caiga, que fuera un disparador, un detonante, algo que me haga salir de aquel letargo en el que medito sin pensar en poco más que nada, aún sabiendo, más perverso incluso, que ella me dice algo a unos pocos centímetros del oído, algo a lo que no presto atención, o mejor dicho, hago gran esfuerzo en no entender, ni siquiera me percato de los sonidos aunque la TV está encendida y había música ambiente aquí dentro, solo percibo el histérico tintineo continuo del borde inferior de la taza sobre el platillo cuadrado en la mano sobre mi pantalón claro donde reposa, lánguido y estrujado, el saquito de aquella infusión de hierbas y frutas. Al fin una mano reacciona y se impone al bloqueo de aquel universo cuando mi mano toma la taza y la apoya sobre la barra, entonces los sonidos regresan y el vaso vuelca un trago de cerveza en mi boca desde mi mano algo más despabilada y observo, muy cerca del final de la tarde, esa espalda con sus seis lunares extendidos hasta un interesante culo decirme hasta loho cruzando la salida.



G. G.


Puerto Banús, 25.05.007

viernes, junio 01, 2007

La pérdida de lo sentido









Perdí el sentido.


No fue un desmayo. Ni una caída. Nada de eso. Tampoco perdí el sentido. Perdí los sentidos. Fue solo unos momentos. Tal vez 3 años. ¿Cuánto es eso en una vida? Una infinitesimal porción. Durante ello no hubo sensaciones táctiles, ni sabores, sonidos, olores o imágenes. Aunque hubo todo. Nada. Totalmente despierto pero inerme esperando que esto pase en medio de un torbellino de ideas ninguna de ellas original. Hasta pensé que estaba en el Limbo, si es que aún existe.


Ya te digo, todo muy fugaz.


Pero aún estabas.








G. G.


Marbella, 17.04.007

(She is like a rainbow)










Nena,


es que ahora te oxidás


Antes pedías poesía,


también dijiste,


cosas bajo la lluvia


sexo, lecturas u otros caminos


Se acaba la poesía en las personas?


No leo las guías de usuario


pero te oxidás, nena,


despacio algo ocupa tu piel, tu humor



Algún árbol se desangra en el color de sus flores bajo las farolas


camino bajo la lluvia


canto una vieja canción de los Stones y


comienzo a pensar en otros mundos


mirándonos a los ojos perdimos algunas civilizaciones


nada como el primer día de nuestra vida, verdad?


esa sensación de tanto aire junto






G. G.


Estepona, 1.05.007

sábado, mayo 19, 2007

Pensando en algo así como que estabas ahí



Te planteaste gritar desde el otro lado del vidrio de la botella, justo frente a mi vaso donde miraba justo enfrente cuando un auto verde estaciona y le toca el paragolpes a aquel que estaba detrás suyo, y al delantero muy poco después. El hombre que lo conduce entonces baja y le enciende la alarma al caminar calle abajo mientras mira las ventanas de los edificios. Y el grito en la puerta de tu boca como detenido en algo así como el tiempo, pero ya en tus ojos ese gesto es patente, la apertura, digo, los ojos abiertos, muy abiertos y la boca no precisamente en todo su esplendor, y el grito dentro de ella, a la vista, forzando los pulmones, pugnando por salir. Y cierro apenas los ojos y me preparo a distender el tiempo para ti, no para el resto del mundo porque es inverosímil, un acto inocuo e inútil, un desgaste de energía, si la tuviera, en fin, y conduzco mis manos a los apoyabrazos de la silla con la intención clara de sorprenderme, porque es lo que hago cuando estas a punto de gritar, me sorprendo, pero con una soltura envidiable, con una previsibilidad indiscutible. Y ahí viene el sonido. Llega y el cuerpo responde al encanto como una sinopsis simultánea acompañada por el estallido de campanas, bocinas de buques y tambores africanos, y tu voz, a la que me refiero como un grito, que no es tal sino una tonta aseveración fluctuada por todo aquello que provocan circunstancias más allá de lo consciente, me susurra al oído como un campo verde de espigas atravesado por una corriente de aires cálidos que sí. Que sí.

Una maceta cayó desde un balcón de aquella colmena sobre un auto verde.

g. g.

14.05.007

Breve reseña de aconsejables pérdidas



Pues porque es así. Lo supe temprano el año anterior. Porque arriesgué y estuve con quien quise y cuanto quise. Porque encontré poco y perdí suficiente desde el punto de la rentabilidad. A lo perdido no le noto su ausencia. A lo vivido lo llevo en esta nueva muda de piel. Porque miro atrás y veo los campos, verdes, a punto de cosecharse y cosechados, bajo tantos cielos tanto como sus diferentes luces. Y porque conocí a Cata y tuve a Sofi y mucho. Y porque me quedó grabada su vocecita firme de discurso entre amigos invisibles que dice donde queda España, ese lugar que le marcará la niñez mirándome a mí y a la ventana a la vez, y seriamente afirmando que "arriba de esas nubes", y señala un cielito azul tapado por nubes conglomeradas, justo el día anterior a despedirme de ella vaya uno a saber por cuantos años más. Y claro que rememoro el final de un masaje en un 4º piso de Belgrano, como también las últimas noches de frío en los brazos de una despedida desesperada con unas de las historias de una cuenta cuentos de tango que más me marcó en el vientre caliente de una madrugada.

Entonces da igual perder todo lo que tenés en este mundo. Las mejores fotos del mejor principio, tus últimos libros editados, aquella primera gran novela inconclusa pero encauzada en un verano miramarense, la boda más loca prevista y todo aquel material, o todo aquello material, que indica que es buen momento para comenzar otra vez de cero.

g. g.

13.05.007

miércoles, abril 18, 2007

Nora





Nada niña. Que esta mañana he despertado con un pequeño diablo entre las manos. Y no es lo que piensas.

Veo por la ventana sobre mi cabeza el cielo gris. Es el mismo de ayer. Y me hace pensar en que gracias a un recuerdo grato las cosas al despertar se mueven a otra velocidad. Vieja fórmula, agradable el recuerdo provee de velocidad al humor. ¿Resultado? La primera mañana en años que despierto a escribir. Poéticamente estoy muerto, lo sé, pero (Anoche lo pensaba mientras cenábamos. Anoche pensaba en que se le muere la poesía a uno entre los dedos y como lo sufre el Pollo a la Cebolla, los océanos, los boletos capicúas, y tus hijos, perra!) es como un increíble pececillo de colores en la nave de un astronauta enloquecido por la grandilocuencia de su solitario abandono en lo laxo del espacio. Es que desperté y recordé una acción tonta y una reacción sublime. Llegamos de bares y fuiste a dormir. Dejaste encendida la luz del baño para que no me perdiese. Estaba en la cocina haciendo aquellas cosas que hago ausente, como mirar un vaso de agua sin ésta, hasta asimilarlo como tal, aunque generalmente no crea que sea un buen recipiente para el mar que bebiste durante el gesto de tus ojos. Y la luz me atrajo. Fiel mariposa noctámbula sabe de flores y moleculares sensibilidades. Me acosté junto a tu cama dejándola encendida. Bebimos gin-tonics esa noche, y más, y tengo presente la mirada de la mujer del escritor siguiéndome toda la noche, yo incapaz de jugar al ratón y al gato, o viceversa, con su pelo corto. ¿Te dije que no me gusta ver dormir a las personas? Aunque esto era levemente diferente. Luego saltaste, como un gesto de tus pulmones, y la apagaste.

Luego encallamos en los sueños, porque nada es como lo he contado, pero es el réquiem de toda historia.







G. G.


12.04.007 09.35 a. m.


viernes, marzo 30, 2007

¡Good save the AA!










Todos, absolutamente todos, aquí dentro de esta lata a Miramar, dirigen la pequeña corriente de aire acondicionado a sus cabezas. Afuera mínimo unos 39º. Creo. Sentado sin el menor movimiento se suda a mares. No se porque pero comí un par de empanadas hace un momento, sin hambre y creo que las acabo de sudar recién. Miro por la ventanilla y me sudo la ciudad. Por suerte huelo bien. De la cama que escapé había adosada una ducha. Aunque nadie ha dicho nada aún, como si eso importara, todo huele a sudor acondicionado.
Nunca va a estar fresco aquí, pero contaminamos bastante intentándolo.
No le digas a nadie, ¡Good save the AA!








G. G.
27.01.007

martes, marzo 27, 2007

Que rápido cura el miedo un beso.











Subí corriendo las escaleras de caracol con lustradas y brillantes barandas. ¿Corriendo? No, con apuro, urgencia. Seguro se había quedado con todo. Creo me dejé la cartera bajo el espejo, junto a una pileta, la del lado derecho! Ahora me acuerdo. Es que me quedé mirando como embobada si así estaba bien y cuando junté coraje bajé con Marcos. Y me la dejé ahí. Me acuerdo que entró una chica. Pero no su cara ni nada, solo sé que había alguien más, y era mujer, claro, pues Marcos jamás se animaría a entrar a un baño público conmigo. Siempre lo deseé, hacerlo en un baño público. No entiendo a los hombres. Constantemente lo mismo, las mismas posiciones. Apenas alguna vez en un lugar diferente al sommier. ¿En la cocina?, me preguntó no me acuerdo quien. Abro la puerta del baño. Y veo la cartera desde la misma puerta. Y respiro un poco aliviada. Esa cartera vale mucho. Dolce & Gabanna. Adentro las cosas desordenadas. ¡La abrió! Pero no falta nada, ni el dinero. Ah, un chicle, eso. Otra vez me miro al espejo. No puedo ser tan tonta. Y me miro las tetas. No están mal. Quizás el año que viene… Vuelvo a meter todo. La libreta está abierta y tiene un número anotado. 01115618343442. Nunca escribí ese número, ni me lo anotaron. Ni nunca usé la agenda. Me miro al espejo. El pelo no se que tiene pero me cae mal, algo a la derecha. ¿Y si llamo? No recuerdo como era ella. Pero pienso cortar con Marcos después de esta noche. Después de la fiesta de esta noche. Solo hablar de sus proyectos con papá. Y esa cosa horrible en su espalda. Basta de Marcos. No me imagino un día más con él. Yo llamo. Me da igual. Hola. Hola, ¿Bárbara? Si, gracias por dejarla. Te comí un chicle, gracias por eso. Bueno, no sé… ¿Mañana? No sé quien sos. Asomate al borde de la escalera y te estaré mirando, estoy con mi próximo ex. No sé… No te preocupes, solo tomamos algo en Bianco & Rosso, cerca de las 7, ¿si? Me miro al espejo y corto. No recuerdo que contesté. Mi reflejo no me deja pensar. 26 años, Bárbara, ya deberías haber probado algo más, ¿no? Guardo el número, me arreglo el pelo y salgo. Una adolescente rubia me observa bajar las escaleras y la miro. ¡Es muy linda!




G. G.


24.03.007


(práctica-continuación sobre cuento breve publicado en la puta Ñ)

viernes, marzo 23, 2007

Jamás entenderé nada







Me levanto rápido


y la visión se oscurece.


La puerta donde estaba sentado


ahora esta bañada por la luz de esa cremosa vía láctea.


Cierro.


Dejo afuera los mosquitos que quedan


y voy por una cerveza,


evitando pisar los gatitos camino a la heladera


que juegan conmigo a toda hora


cuando no duermen.


Ayer jugué unos minutos con ellos,


me aburrí, ya no estoy para juegos.

Y fui por un libro


para seguir aburriéndome.


Aquí, en Pinocho el tiempo corre distinto.


Lo sé.


Me lo dijiste


cuando cenábamos Centollas


(o antes o después).


También recuerdo contabas,


una de las noches que no querías dormir sola,


lo de aquel martes trece en que a él lo mataron a tiros


por robar,


por sabor a robar.


Un bardo, dijiste.


Y yo era un bardo,


y no me morí, acá estoy.


¿Ahora donde estás?


Mejor intentaré cenar algo


y tal vez comprenda


porque los gatos se divierten conmigo





G. G.


21.03.007

martes, marzo 06, 2007

there she go my beutyful World



dame una señal

de que todo acabó

miro el retrovisor

las líneas de rutas esfumándose

el color sin nombre del cielo

there she go my beutyful World

grandes aves blancas llenan de estallidos lo que ves

acaso importa manejarse a ciegas

corrompiendo el control

no es por nada la sutil elección de soledad

G. G.

24.02.006

lunes, marzo 05, 2007

Aguafuertes dijo.








Pensaba, ¿Aguafuertes? ¿Por qué no? Tal vez. No se quien lo dijo.

…escribís Aguafuertes. Como Arlt…
Sé que no estuvo muy errado.
A las 6 de la mañana lavo ropas en casa preparando otra vez los bolsos. Transcribo esto y busco el primer Camel (Pienso en una encuesta ahora, ¿Qué es lo que más usa de su hogar? Los ceniceros y las ventanas). Brian Eno sintetiza algo bastante bueno esta mañana. Música aérea (Buena palabra aérea, casi capicúa). También transcribo algo de Laurence Durrell que me ronda no se qué cabeza.
…"estaba aprendiendo las dos lecciones más importantes de la vida. Hacer sinceramente el amor. Y reflexionar."
Preparo una ducha para dentro de unos momentos. Luego iré a recorrer el bosque. Necesito ese aire urgente.
En fin, quedó un bonito Aguafuerte, ¿verdad?





G. G.
Febrero 2007.

viernes, febrero 16, 2007







párpados de pez
el intento de verticalidad en las olas
la sombra de la espuma
el momento universal del silencio
y el color del viento
esta tarde en Miramar





g. g.
13.02.007

miércoles, febrero 14, 2007

martes, febrero 06, 2007

Ésto (escuchando Nick Cave)


labios de apoyo






un labio en que apoyarme
o como se diga

en la oscuridad
ese silencio

gozo el eco (?)

miro matafuegos junto a las ventanas

las fotos que observo observan
instantes arrebatados

esa culpa pesa
igual que reflotar cuestiones
sin equipo de seguridad

necesito un labio en que apoyarme
una vez me quite la escafandra






g. g.
1.02.007

domingo, enero 21, 2007






Niños hablando como Shakeaspeare con sus amigos invisibles/


en las rocas húmedas de sal de enero/


busco un hueco donde las olas no estallen/


y pequeños lagartos hacen lugar/


una base tranquila para atracar mi corsario/


y ver costas dominadas por tesoros de minúsculos cofres/


la pequeña nube piloto anticipa tormenta/


pero el ojo del huracán dejé en otro continente/


a 100 pasos de la marea alta/


bajo el bastión de un banco árabe/


durante una noche de octubre/


ojos del celeste del ojo del huracán más celeste/


dominado por azar/


perdido en ley/


las palabras sirven ante un mineral arcano?/


encontré su botella lanzada al mar/


años hacen de tu partida/


deberías conocer tu hijo/


jamás mascaron alguno de proa/


igualará su belleza y fuerza/


i how much to do/


on this lonely island/


but the winds have a salt/


& the ground is impossible to work/


you leave me some October day/


los niños hablan con sus amigos imaginarios/


palabras elegidas/


que aún desconocen/


y alguien jamás enseñó.



g. g.


17.01.006